por Jason C. Brown

  Editor/Editor de Long Prairie Leader

Impreso con permiso

    El 26 de julio fue un día de verano como cualquier otro, pero para José Herrera-Torres y Dominga Mejía Guerero representó un gran paso adelante en su relación, al menos eso parecía desde fuera.  

    Si bien esto puede haber parecido un movimiento en la dirección correcta, la base de su relación se estaba desmoronando rápidamente debajo de ellos.  

    La semana pasada (27, 28 y 30 de noviembre) hubo tres días de testimonios en un juicio por asesinato que destacaron cuán tóxica se había vuelto su relación.

    Herrera fue juzgado por el asesinato en segundo grado de Dominga el 27 de julio en su casa en Todd St. S.  

    Herrera afirmaba que el incidente fue en defensa propia, que Dominga había iniciado la pelea que finalmente la llevó a desangrarse en el piso de la sala.  

    Sin embargo, la fiscalía hablaría con testigo tras testigo para formar la base del argumento de que Dominga estaba saliendo de la relación, que las cosas no tenían arreglo...

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